martes, 29 de noviembre de 2016

Cosmódromo - Rubén Azorín



«Una sonda de exploración no está preparada para llevar tripulantes.»
Ese fue mi primer pensamiento al recobrar la consciencia. Exactamente el mismo que antes de someterme a la sedación. Incluso llegué a pensar que el tiempo no había transcurrido y que por lo tanto seguía en la vaina de criosueño aguardando la ignición, lejos del control táctico de lo que iba a ser una exploración espacial teleguiada y paradójicamente tripulada por un único cosmonauta.

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